sábado, 8 de mayo de 2010

ARQUITECTURA


Francois de Cuvilliés, salón de los espejos, 1734-1739, Amalienburg, Munich

El concepto clave para el análisis y la comprensión de la arquitectura rococó es el concepto de intimidad. El Rococó sigue un proceso inverso de formación, de dentro hacia fuera; de ahí el que haya sido en muchos casos muy mal enjuiciado y muchos tratadistas no hayan dejado de considerarlo más que como un simple estilo decorativo. La inspiración vendrá de todo lo que es natural y verdadero. El origen de todo arte está en la naturaleza, y las líneas y las formas orgánicas, libres, vivas, fluidas, se convierten en las formas a imitar. Las reglas y las leyes prefijadas ceden paso a la libertad, la arbitrariedad, el capricho. Las conchas, las flores, las rocas, las algas, el agua, todo lo que fluye, todo lo que se mueve, serán los elementos característicos del nuevo estilo. (Viñamata,1987)

Germain Boffrand y Charles-Joseph Natoire, sala de la Princesa, 1735, Hotel de Soubise, París.

El Rococó es un estilo hecho a la medida del individuo y se diseñan viviendas para hombres, para seres humanos y no para dioses y semidioses. A lo grandilocuente y desmesurado se prefieren unas proporciones más pequeñas, accesibles y agradables. Se implementa la palabra convivir, se piensan más los espacios para su uso. Se decoran según su función.

En el rococó se utilizan todos los medios al servicio de la alegría, la gracia y la fantasía. Por eso su forma más completa es el interiorismo, caracterizado por los materiales y colores preciosos y por las formas desusadas que adoptan los espejos, los estucos y las maderas, creando sinfonías unitarias de gran personalidad. Cada ambiente se plantea como un mundo autónomo en el que el decorador, puede dar rienda suelta a su creatividad sin tener que pensar en el conjunto del edificio. (Tarabra, 2006)

Dominikus Zimmermann, interior de la iglesia de Wies, detalles, cerca de Steingaden.

Las residencias urbanas, los “hôtels” o mansiones en la ciudad, cuyos interiores diseñados a la moda rococó, ofrecen un variado mundo de comodidad, lujo y fantasía. Características de esta época son también “las folies”, pequeñas casas alejadas del centro de la ciudad, las “bergeries” en medio del campo, o las pequeñas “bagatelles”, “ermitages” y “casinos”; toda una serie de edificaciones construidas sin otro objeto que el de proporcionar placer, para hombres que pensaban que el placer era algo importante, por lo que valía la pena esforzarse.

Cosmas Damian y Egid Quirin Asa, Asunción de María, 1723, iglesia conventual agustina, Rhor.

El “hôtel” aparece con una división de la planta en unidades relativamente pequeñas, hace que surjan multitud de ámbitos especializados, de distinto tamaño según su función: cámara, antecámara, salón, comedor, guardarropa etc. (Viñamata, 1987). Se construyen con una distribución uniforme: planta baja para salones y planta alta para dormitorios. El fundamento de esta división es la búsqueda de la intimidad (Pinilla, 2000).


CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES:

-Los estilos afines son el gótico y el arte del Asia Oriental.

-La forma dominante era la circular.

-Se intenta conseguir un mundo de ostentación y Hedonismo.

-Los interiores cuentan con un elemento nuevo, el color. Empezando por el blanco, siguiendo por toda una gama de colores tenues y difuminados, el verde agua, el azul claro, el lila pálido, el gris y el rosa. Puede decirse que la paleta rococó es la de los matices del agua, intentando siempre conseguir una cualidad de transparencia.

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